miércoles, 23 de noviembre de 2011

LENIN VULT, La odisea del comunista del sXXI

Centremonos momentáneamente en otra época, retrocedamos al 1095, en una época convulsa y extraña, el feudalismo se afianza en Europa tras el desmembramiento del Imperio Carolingio y esto, combinado a la cristianización de los violentos y temidos vikingos y magyares lleva a la estabilizacion de las fronteras europeas, y esto conduce a las continuas disputas internas entre la nueva clase de guerreros surgida del modelo feudal, la Caballería.

Por otro lado, los musulmanes retroceden por el sur de Europa, son facilmente expulsados de Italia por los normandos y detienen su avance en la Península Ibérica tras quedar esta dividida en cientos de Taifas, los reinos hispánicos empiezan lo que posteriormente se llamaria reconquista, mientras el Conde de Barcelona y varios principados italianos como Pisa o Genova se disputan las islas del mediterraneo para controlar el rico comercio del Mare Nostrum.

En esos tiempos convulsos, la terrible expansión de los turcos Selyúcidas aterroriza al emperador Bizantino, que inmediatamente pide auxilio, el Papa, Urbano II aprovecha la situación llamando a todos los reinos cristianos a juntar ejercitos para reconquistar Tierra Santa, empieza la Primera Cruzada, una sangrienta campaña bélica en la que miles de hombres se enfrentan y mueren, en la que se cometen las atrocidades mas horrendas y en las que una colonización en toda regla intenta, sin éxito, desplazar a la población musulmana de los reinos cruzados. Miles de locos, fanáticos o directamente ambiciosos nobles en busca de nuevas tierras se lanzan a la guerra en nombre de un dios que, no hacía mucho, hablaba de amor y respeto, matar en nombre de un dios que prohibe matar, todo justificado con una simple, y a la vez horrible por sus connotaciones, frase: DEUS VULT, Dios así lo quiere. De esta forma, con esta simple frase, las palabras que mil años atras diria el humilde hijo de un carpintero que hablaba de amor, respeto y trabajo, se convierten en poblaciones desplazadas, saqueos, sangrientas batallas y mil horribles atrocidades, todas ellas bajo el emblema de la Santa Cruz.

¿Y que tiene esto que ver con el comunismo? Saltemos ahora al siglo XX, nuevamente una época convulsa, tras la subida al poder de Stalin en la URSS el comunismo mundial intenta encontrar en el nuevo "paraiso socialista" su espejo, todos los que son críticos con el sistema soviético son tildados de contrarrevolucionarios o de troskistas y tras la segunda guerra mundial, el mundo queda dividido por un telon de acero, a un lado, cientos de teoricos "paraisos socialistas" montados siguiendo el modelo soviético o nuevas adaptaciones del marxismo como el maoismo chino o el juche norcoreano se convierten, a la práctica en paises controlados por mafias burocráticas que sustituyen a la burguesía en su rol de explotadores, a menudo, sin siquiera molestarse en disimular, como el claro ejemplo de Rumania, donde mientras la población sufría terribles carestías Caecescu vivia a todo lujo en palacios que poco envidiaban a los de aquellos señores feudales y burgueses industriales a los que los primeros comunistas combatian activamente, los derechos laborales, la base misma de cualquier ideología marxista, son sistematicamente eliminados, llegando a la situación de semiesclavitud que sufren los obreros chinos, la persecución de cualquier clase de disidencia política llega a extremos absurdos con los jemeres rojos camboyanos (único gobierno comunista que toma el poder con el apoyo de la CIA y que es depuesto por otro gobierno comunista, el de Vietnam) y el personalismo revolucionario, al que Lenin se opone abiertamente repetidas veces, no solo afecta al mismo Lenin (totalmente contrario a ser convertido en un símbolo y que, sin embargo, debe contemplar extrañado desde el supuesto Cielo Comunista como sus estatuas se reproducen en todo el mundo y su cuerpo es momificado y expuesto en Moscu) sino que alcanza niveles dignos de 1984 de Orwell en la nueva monarquia comunista norcoreana, donde el amado lider Kim Jong Il recibe una veneración casi religiosa. Nuevamente, las palabras y los hechos de aquellos intelectuales y sindicalistas que pretendian mejorar la calidad de vida de una clase obrera olvidada, usada como simple herramienta bajo condiciones inhumanas son pervertidas y se emplean para justificar las mas terribles atrocidades, nuevamente escondidos detrás de un emblema que pretendía ser lo contrario, la Oz y el Martillo, y todo ello justificado nuevamente con frases extrañas, descontextualizadas de los pensadores comunistas, con hechos falseados y con la verdad escondida la nueva biblia, el manifiesto comunista, manifiesto que, naturalmente, solo puede interpretar el nuevo Papa, el Camarada Presidente, su visión és la única y solo el sabe lo que Marx queria decir, LENIN VULT.

¿Y al otro lado del telon de acero? La cosa no mejora en absoluto, la guerra fria afecta allí a los militantes comunistas, vistos como agentes de ese gran mal que acecha al otro lado del telón de acero, son perseguidos y detenidos sin pruebas o con acusaciones absurdas en EEUU, en los lugares donde llegan a ganar elecciones democráticas, son boikoteados o directamente depuestos por golpes de estado sangrientos, como en Chile, y donde se les ve opciones de ganar adeptos son vigilados, amenazados o asesinados por grupos terroristas como en Italia, esta peculiar situación conduce al joven comunista a dos vias posibles, venderse o radicalizarse.

En toda Europa se suceden los vendidos, Carrillo en España es un ejemplo claro, despues de limpiar el PCE expulsando a todo aquel que no viera las cosas como el, se convierte en lider absoluto de un Partido que en una España convulsa que acaba de enterrar a su sangriento dictador, lucha por ser legal y por pugnar por el poder, por recuperar, quiza, aquella bella República que los militares y los terratenientes le arrebataron. En ese contexto, Carrillo y sus amigos son libre de hacer cuanto le plazca, CCOO firma sin pensarlo los pactos de la Moncloa, causa principal de la corrupción y la poca eficacia del sindicalismo moderno, un PCE sangrado por cientos de escisiones perplejas, acepta al Rey como jefe de estado, tiñen a toda prisa de rojo el morado de la franja inferior de la bandera, se olvidan de la Revolución mientras el PSOE de Gonzalez (y esto si que no sorprende a nadie) abandona toda referencia al Marxismo en sus estatutos, hay que alejarse de la URSS a toda prisa, y ya puestos, alejemonos tambien del comunismo, por si la moscas, todo de nuevo bajo el santo emblema, el Martillo y la Hoz.

Por otro lado, por todo el mundo grupos comunistas basados en los partisanos de europa del este, en las guerrillas vietnamitas o en el socialismo islámico empiezan una ola de atentados indiscriminados donde se ve afectada principalmente la población civil, tiempo para Carlos el Chacal, para el FNLP, el Ejercito Rojo Japones o las FARC, otros, mas amigos de los objetivos selectivos, como la RAF alemana, ETA o el GRAPO e incluso algunos, como Terra Lliure, totalmente contrarios a matar a nadie, pero todos ellos con la misma idea, coger las armas y todos ellos con el mismo fin, satanizados, con o sin motivo, por una sociedad cada vez mas contraria a las armas, o mas alienada, no solo acaban detenidos o muertos, sino que su existencia sirve como excusa para criminalizar a todo el que piense como ellos, para ilegalizar partidos y perseguir a todos aquellos comunistas que no acepten la "modernidad" de los nuevos partidos.

Y tras ese precedente, avanzamos al siglo XXI, una época que, tras la caida de los gobiernos comunistas en europa del este, parece haber relegado esa vieja ideología a los malos de alguna película de Rambo, o el megalómano de turno que será detenido a tiempo por James Bond mientras ejecuta su enrevesado plan para dominar el mundo, estamos en el nuevo mundo y las ideologias son cosa del pasado, repiten constantemente.

¿Y que debe hacer el joven comunista de hoy en dia? Pues sus opciones no son nada alagüeñas, o bien un partido o sindicato que ya poco tiene de sus raices o intentar verse reflejado, como hacían los románticos del sXIX en esa edad media idealizada, en antiguos regímenes, ya caidos y olvidados, participar en el juego falsamente llamado democrático burgués, en el que los gobiernos poco importan ya y son depuestos por los llamados "mercados", ya siquiera sin contar con ayuda de ejercitos armados, o defender lo indefendible en China o Korea, decisión dificil entre dos opciones horribles.

Y aquí entra el que a mi entender debe ser el reto de los nuevos comunistas, huyendo del dogmatismo soviético, pero tambien del posibilismo amarillista, debemos construir entre todos el nuevo comunismo del siglo XXI, que no es otra cosa que recuperar el viejo comunismo pero con ordenadores, ese es nuestro trabajo, basta ya de dogmatismos, de infantilismos y de divinización encubierta de siglas o personajes, basta ya de idealizar el pasado o justificar lo absurdo en los regímenes presentes, el futuro, si luchamos juntos, es nuestro, construyamos algo nuevo o las ruinas del viejo dogmatismo soviético nos sepultarán.

PD: La imagen no tiene nada que ver porque el artículo acabado no tiene nada que ver con lo que pretendia decir en un principio :-S, de todas formas me hace gracia.

6 comentarios:

  1. Sí, yo también me alegro de leerte por estos lares, Dr. Feynmann... ;3

    He de decir que tras la parrafada inicial, es bien los últimos párrafos, donde se lanza un interesante, poético, romántico y bonito mensaje :3!

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  2. Antes de comerme por las faltas de Ortografia, recordad que soy disgráfico, no seais crueles :'(

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  3. És evident que ni el dogmatisme soviètic ni el revisionisme xinès són les vies a seguir, no obstant això, crec que podem aprendre molt dels seus errors i encerts, i observar detingudament altres sistemes socialistes que van anar per lliure ...(la Txecoslovaquia de Dubcek o la Iugoslavia de Tito).

    Per altre banda desde la caiguda del Mur, el socialisme no es veu com una amenaça pel l'establishment capitalista sino casi com una raresa exòtica i caduca adient per ser exhibida en un circ o ser tancada en un museu: això s'ha de canviar.

    Volguem o no, com a mínim dsd 1917, els governs occidentals s'ho pensaven 2 cops abans de colar un gol a la classe treballadora, optaven o b per pactar amb aquesta (orígen de l'estat del benestar de la postguerra) o esclafarla sense miraments (règims feixistes); però ara juguem sense porter i ens colen gols per on volen i sense fer (gaire) ús de la violència, no els hi fa falta.

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  4. en cap moment he mentat a Tito i Dubcek, que ni tan sols es podrien catalogar com a part del bloc que hi havía a l'altra banda del teló d'acer, son dos règims que, tot i tenir grans defectes, considero dignes de bastant re...specte, però jo no m'atreviría a culpar la caiguda de la URSS de la situació actual, sinó al nostre porter, els sindicats, que sient cada cop menys combatius i permisius amb els poders no han deixat la portería però estàn apalancats al pal esquerre xerrant tranquilament amb els recollidors de pilotes.

    Crec que el que hem de fer, simplement, es fitxar un nou porter al mercat d'hivern (els sindicats combatius com la CGT o el CO-BAS son nombrosos i cada cop més forts) o dir-li al que ja tenim que es posi al seu lloc d'una puta vegada (com intenta sense gaire éxit de moment, el corrent crític de CCOO)

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  5. (publico directament el teu nou comentari a FB i ens estalviem problemes xD)

    Komu respondió a este argumento de tal forma:

    mmm el que intimidava al davanter capitalista almenys durant la Guerra Freda no crec k fos el porter (sindicat/partit komie) de torn sino l'entitat que hi havia darrera d'akest porter (el bloc socialista). En tot cas el porter, l'entitat i el recullapilotes si fa falta, no tenien tants canapés però sí més cullons, tal com diria un insigne perico.

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  6. Però al meu entendre els collons no venien d'un estat més o menys socialista que els finançava, sino més aviat d'un poble que creia en ells, i la derrota del sindicalisme modern no ve d'haver perdut la URSS, sino d'haver perdut, per la seva política corrupta, la credibilitat davant uns obrers que ja no confien en els seus sindicats o partits comies.

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