
Seguramente os suene la situación, estais en una convocatoria de cualquier manifestación, todo transcurre sin incidentes y todo el mundo parece muy satisfecho con como van las cosas hasta que de golpe, algo ocurre, un extraño elemento, generalmente tapado con capucha ve su momento de pasar al estrellato internacional lanzando una piedra delante de miles de cámaras, o bien un caballero a quien nadie conoce empieza a gritar que hay que pasar a la acción y, seguido por unas espontaneas ovejitas, se dedica a realizar algúna mal llamada acción directa que, como es costumbre, termina mal. Mientras tanto, en otra parte un elemento tapado con capucha se encara con un trabajador cualquiera que no quiere que pinten en su lugar de trabajo, quizá porque lo tendrá que limpiar el, y otro insulta y amenaza a periodistas, quien les llama la atención és un fascista, quien les dice que la convocatoria nada tiene que ver con lo que están haciendo, un dirigista y los que no le siguen unos cobardes o unos manipulados por oscuros poderes que solo ellos ven, la realidad vista desde su prisma degenerado probablemente de miedo, però ¿quien es esa gente?
Bien, algunos de ellos surgen de la nada y vuelven a la nada, los llamados alborotadores, aunque personalmente prefiero la palabra argentina "rompe huelgas", se les identifica facilmente, porque cuando aparece la policia desaparecen sin mas y los sabuesos parecen tener un olfato muy malo para encontrarlos. Estos seres, generalmente, se rodean de jovenes o gente poco formada que, atraidos por su visión "radical" de las cosas, ven en su forma de actuar una via a seguir, gente generalmente cabreada con un sistema injusto que, sin el sentido común necesario para entender que romper cosas no sirve para nada, encuentra en esto una forma extraña de desfogarse de su misera vida, pagándolo con una pobre e inocente cabina telefónica y, lo que es peor, boikoteando actos de gente que lucha por cambiar las cosas, en el momento difícil, el alborotador, cumplida su función desaparece y no se le vuelve a ver, tal es la situación. Algunos tal vez recuerden aquel momento en que se imputó por corrupción a medio ayuntamiento de Santa Coloma, y recuerden a unos elementos destrozando, en la manifestación, la puerta del ayuntamiento, pocos recordarán que esa gente eran militantes del PSC, y que esperaban con eso boikotear un acto contra la corrupción de ese partido, pero no es el peor caso, el peor caso en este pais se llevó las vidas de cuatro obreros, el incidente de la Scala en el que cuatro militantes de la CNT lanzaron a la conocida sala de fiestas cocteles molotov que provocaron un incendio en el que murieron cuatro obreros, paradojicamente afiliados a la CNT. Ese acto provocó la caida en desgracia del que en aquel momento era el segundo sindicato del pais, y el único que se opuso activamente a los pactos de la moncloa, el responsable de ello Joaquin Gambin, de profesión policia. Fuera del estado español hay mas ejemplos, aun fresco en la memoria el 15 de Octubre en Italia, donde una movilización que sacó a la calle a millones de italianos quedó olvidada, eclipsada totalmente por la actuación de un centenar de encapuchados en Roma, algunos de los cuales, misteriosamente, compraban sus botas en la misma tienda que la policia.
No son los únicos, la acción directa es, a menudo, fruto de la rabia y la impotencia en vez de la estrategia y la táctica, pero tiene siempre el mismo fin cuando se emplea sin conocimiento, la muerte de un movimiento social, por fuerte que sea. Las acciones directas de cualquier clase se deben hacer teniendo detras a una masa de gente concienciada de la necesidad de hacerlas, y, lo mas importante, tener clara su finalidad, por el contrario, lo único que tenemos son cuatro exaltados enfrentándose a obreros y destrozando mobiliario público. La violencia es peligrosa, descartarla como herramienta, es de ilusos, però emplearla sin ninguna mesura, és de locos o de idiotas, y el buen revolucionario debe ser antes iluso que idiota.
Por otro lado está el principal cáncer de cualquier movimiento social, el infantilismo revolucionario que busca en la acción directa una satisfacción a sus impulsos onanistas. La moda de "soy mas de izquierdas que nadie" causa estragos constantemente a cualquiera que luche por cambiar las cosas, todo el que lo intenta se encuentra, casi de inmediato, a personas dispuestas a mostrar lo rebeldes que son quemando contenedores y lanzando piedras, gente que, normalmente, es poco dada a mostrar lo rebelde que es trabajando en comisiones o participando en asambleas. Entendiendo la revolución como un orgasmo, mientras los revolucionarios de verdad trabajan en colectivo, es decir, en orgia, estos personajes se pasan la mayor parte del tiempo masturbándose compulsivamente.
Es función de todo buen revolucionario preguntarse cual es la finalidad de aquello que esta haciendo, y tener claro que no debe hacer nada que no reporte beneficio alguno, o incluso cause terrible daño a la Revolución, hay que tener bien claro que la base de cualquier revolución es el pueblo organizado, y si el pueblo organizado decide una via de acción, el que rompe esta via de forma unilateral es un contrarrevolucionario, y como tal debemos señalarlo, de lo contrario seremos cómplices de aquellos que, con buenas o malas intenciones, destrocen todo nuestro trabajo y nos condenen a ser, para siempre, los cuatro antisistemas de siempre.