martes, 23 de octubre de 2012

Carta sincera de un estudiante al ministro wert y sus acólitos.

Estimado ministro Wert, estimados acólitos del ministro Wert.

Estoy seguro de que miles y miles de personas le han explicado lo catastrófico que puede ser para nuestro sistema educativo reducir el gasto en educación. Mi carta no va por ahí aunque lo crea.

También doy por hecho de que miles y miles de personas le han comentado lo, siendo MUY diplomáticos, desafortunadas que son sus últimas declaraciones públicas. Mi carta no va por ahí, aunque en serio, ¿En que cojones estaba pensando?

No le hablaré sobre el inmensamente deficitario (a la par que cruel e inmoral) "arte" de la tauromaquia que usted continua alimentando con dinero de MIS impuestos, ni sobre subvenciones que usted ha recortado dejando el arte y la cultura de este lugar solo en manos de aquellos que lo ven como negocios, y que como tales buscan solo hacer negocio y, por tanto, condenando a cientos de jóvenes directores de cine, actores, músicos, escritores, artistas plásticos, etc. a no conseguir nunca su sueño de poder vivir de aquello para lo que creen sinceramente haber nacido, si no es famoso no es rentable, y ellos no dan dinero. No le hablare sobre ello, aunque me hierve la sangre solo de pensarlo.

Tampoco diré nada sobre su ley Sinde-Wert que persigue, en nombre de una ambigua cruzada contra la piratería, la libertad de la red. Una ley represiva y retrógrada para beneficiar a sus amigos de las grandes editoriales y productoras (y como escritor puedo decírselo con conocimiento de causa, ellos son los peores piratas que existen). Pero por encima de todo, y claramente, una ley completamente inútil que solo intenta ponerle puertas al campo.

No quiero hablarle sobre los muchos motivos que existen para que usted dimita, como ministro y como ser humano, suponiendo que sea alguna de las dos cosas. No voy a hablarle de la terrible vergüenza ajena que siento cuando le oigo hacer declaraciones. Ni siquiera haré un chiste sobre su apellido. Y mira que todo eso sería terriblemente fácil.

Quiero hablarle sobre la motivación.

La motivación es importante, como sabrá, querido ministro para todos los jóvenes que hoy nos estamos planteando que hacer con nuestro futuro. En parte gracias a usted (aunque no desearía hacer ningún demérito a la cuadrilla de ineptos que le han precedido en ese aspecto) los estudios son un vicio muy caro, en tiempo y en dinero. La educación pública cada vez mas devaluada nos deja practicamente solos, con conocimientos que mi padre estudió en primaria impartidos ahora en los últimos años de la secundaria, cuando no en bachillerato, los costes de la universidad, ya no solo en matrículas (que usted ha subido), sino en material y la terrible falta de un programa de becas decente (que usted ha recortado) sumado al proceso de Boloña que ha convertido las aula universitarias en tercero de Bachillerato y obliga a todos los que quieran tener una carrera de verdad a pagarse un pos grado (y esto lo hizo el PSOE, no todo va a ser culpa suya). Pagamos mucho por un servicio de pésima calidad y nos dejamos entre los muros de esas universidades arruinadas, en todos los aspectos, los mejores años de nuestra vida.

Y ¿después que? Bueno, como podría explicárselo, ¿Ha comido usted alguna vez en un McDonald's? Le recomiendo hacerlo, es muy probable que el que le sirva la hamburguesa sea un físico, o un biólogo. Es muy probable que la elabore en la cocina un arquitecto o un filólogo, todo bajo la atenta mirada de un encargado licenciado en historia. En mi afán de ver mundo, he tenido la suerte de conocer a lo largo de la geografía ibérica a un historiador licenciado con nota que sirve hamburguesas en un burguer king, dos ingenieros de telecomunicaciones que trabajan en un domino's pizza, una filóloga que sirve cafés en un Starbucks o a un abogado que se va cada año a hacer la vendimia en Francia. Por no hablarle de contratos de becario que se eternizan, trabajos sin contrato, becas de investigación sin dinero y, naturalmente, gente que se ha hartado (quien podría culparles) y ha decidido llevarse sus mentes, brillantes, a otro país donde las valoren. He visto, y todos los han visto, a cientos de hombres y mujeres que podrían aportar grandes cosas a la ciencia y el conocimiento de este país desaprovecharse en trabajos precarios con condiciones laborales que rozan lo absurdo.

Y ante ese panorama, ¿que motivación tenemos los jóvenes? Años y años de sufrimiento, noches sin dormir, profesores cabrones, trabajos que se hacen eternos, decepciones, lucha diaria y, naturalmente, un gasto inasumible para muchos para acabar con contratos precarios y trabajos basura, ¿como espera que los chavales de este país se esfuercen y luchen por salir adelante con sus estudios si diariamente ven que si los dejaran y fueran a trabajar al McDonald's directamente, lo único que harían sería ahorrarse tiempo y esfuerzo? ¿Como espera que nos gastemos los miles de euros que vale una carrera universitaria si quizá tardamos diez años, o quizá toda la vida, en amortizarlos? ¿Ha pensado en eso alguna vez?

Y luego les tenemos a ustedes.

Si, he dicho ustedes, la verdad es que casi todos los cargos públicos en este país (y de los muchos países que pueden llegar a ser este país) son iguales en ese aspecto, así que puedo permitirme generalizar, puesto que sé que los escasos diputados, alcaldes y regidores que no lo son no se sentirán aludidos si algún día llegan a leerlo, así que permítame desgranar esto mas detalladamente:

Luego tenemos a un ministro de educación como usted que puede permitirse meter la pata constantemente, decir gilipolleces cada vez que abre la boca, cagarla con los datos, ponerse en contra a toda la comunidad educativa, por la que se supone, o al menos pone en su contrato (imagino que usted SI tiene de eso), debe usted velar y seguir siendo ministro de educación y cultura.

Claro también hemos tenido a una ministra de cultura que después de felicitar "A la escritora Sara Mago por su premio nobel de literatura" no solo siguió siendo ministra de cultura sino que ha tenido una boyante carrera política hasta su retiro no hace mucho.

También tenemos no a uno, sino a CUATRO presidentes del gobierno, déjeme ser mas claro, LAS CUATRO PERSONAS QUE HAN LLEGADO AL PUESTO DE RESPONSABILIDAD MAS ALTO DE ESTE PAÍS (al menos oficialmente, claro esta) que no saben hablar correctamente inglés y a nadie le ha parecido que eso fuera realmente un problema, total, el ingles solo es el idioma de la diplomacia y los negocios a escala internacional, y ellos solo tienen que dirigir un país, nada grave.

Tenemos a un personaje que antes de ser presidente del gobierno nos dejó perlas tan maravillosas como los famosos hilillos de plastilina o nos quiso hablar de su primo para negar el cambio climático que hoy día casi todos los científicos dan como un hecho, y no solo siguió en su cargo sino, que diablos, llegó a presidente del gobierno.

Y no nos olvidemos del PSOE, tenemos a un abogado mediocre que llegó a dirigir el partido solo porque no le acababa de caer mal a nadie, ganó unas elecciones y, bueno, fue presidente del gobierno siete años y para resumir su ineptitud necesitaría una entrada entera.

Mire donde mire tenemos a políticos que la cagan, que no saben hablar, que escriben con faltas de ortografía (y sí, yo escribo con faltas de ortografía, pero yo no soy ministro y si soy disléxico), mienten descaradamente sobre sus acreditaciones académicas... cuando no los pillan robando, aceptando "regalos", intercambiando favores, enchufando parientes y amiguetes Y TODOS ELLOS SIGUEN SIENDO CARGOS PÚBLICOS, SIGUEN TENIENDO SUELDOS OBSCENOS Y PENSIONES VITALICIAS QUE NO SE HAN GANADO.

Y yo me pregunto, ¿que espera que haga yo con mi carrera? Si día a día veo a las mentes brillantes y muy capaces que son el futuro de este país sirviendo carne de rata o cafés aguados mientras una cuadrilla de ineptos, chorizos, chapuzas e incultos consiguen cargos públicos muy bien pagados con los que se solucionan la vida bien rápido, ¿como espera que yo siquiera me plantee siquiera seguir perdiendo mi tiempo en la Universidad cuando a todas luces esta claro que aquí premiamos a los necios y condenamos a los sabios?

Resumiendo, ¿Como planea usted arreglar el fracaso escolar, si usted, en si mismo, es un fracaso?

Confío que la buena voluntad de la gente que la lea le haga llegar algún día esta carta. Dudo que pueda reflexionar sobre ella, para empezar tendría que aprender a leer, pero al menos lo habré intentado

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